México impulsa un turismo que integra desarrollo, naturaleza y comunidad
Proyectos colaborativos que integran conservación ambiental, bienestar comunitario e inversión responsable para un turismo sostenible y resiliente.

14 de agosto de 2025
México
Redacción
En distintos puntos del país, el desarrollo turístico avanza con una visión integral, donde el entorno natural, el bienestar social y la inversión estratégica ya no se entienden como caminos separados, sino como un mismo objetivo compartido.
La clave está en la convergencia: proyectos que nacen desde la colaboración, que integran criterios ambientales y sociales desde su diseño, y que entienden que su éxito se vincula directamente con el equilibrio del lugar donde se desarrollan.
Construcción conjunta del desarrollo
El turismo con enfoque sostenible no surge por casualidad, ni es producto de una sola política o iniciativa. Se construye a partir de múltiples esfuerzos coordinados entre los sectores público y privado, así como de una ciudadan ía cada vez más involucrada en la toma de decisiones sobre su entorno.

Este modelo ha comenzado a consolidarse en México a través de:
Inversiones responsables que integran criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), atendiendo tanto a los requerimientos financieros internacionales como a las realidades locales.
Instrumentos institucionales que fomentan la calidad, la transparencia y la eficiencia en el sector turístico, como los distintivos emitidos por la Secretaría de Turismo o las certificaciones internacionales.
Procesos participativos que incorporan a las comunidades como protagonistas del desarrollo, no sólo como espectadoras.
Resultados que generan confianza
Las cifras confirman que este camino está dando frutos:
México se encuentra entre los líderes globales en edificación sustentable, con más de 2.2 millones de m² certificados bajo estándares LEED.
La Secretaría de Turismo ha otorgado más de 6,500 distintivos de calidad a empresas turísticas que cumplen con buenas prácticas ambientales, higiénicas y sociales.
El país cuenta ya con 120 sitios Blue Flag, lo que lo posiciona como uno de los destinos costeros con mayor compromiso ambiental.

Además, el crecimiento de la Inversión Extranjera Directa en el sector turístico, que superó los 2,870 millones de dólares en 2024, demuestra que los inversionistas están apostando por modelos responsables, resilientes y alineados con las exigencias globales.
Visión a futuro
El reto en los próximos años no será inventar un nuevo modelo, sino profundizar y escalar el que ya se construye:
Extender las certificaciones a más regiones y tipologías de proyecto.
Impulsar nuevos esquemas de financiamiento verde.
Fortalecer los mecanismos de medición ambiental en el turismo.
Acompañar de forma técnica a comunidades que deseen integrarse al desarrollo desde una lógica sostenible.
El turismo como vínculo, no como ruptura
Cuando el turismo se planea desde una visión integral, se convierte en un motor de articulación territorial. Es decir, une —en lugar de fragmentar— a las personas, los ecosistemas, las economías y los proyectos de vida. Y esa es, precisamente, la dirección que ya está tomando México.
Hoy más que nunca, el turismo tiene la capacidad de generar prosperidad sin comprometer el patrimonio natural ni social de los territorios. Y quienes han venido apostando por este modelo son, sin duda, parte fundamental de esta transformaci ón.