El transporte público en el Estado de México enfrenta una semana crítica: choferes agrupados en la Canapat han decidido ir a un paro escalonado en diversas regiones tras el rechazo del Instituto del Transporte y del gobierno estatal a su petición para elevar la tarifa de 12 a 16 pesos.

Desde el 2019, la tarifa vigente de 12 pesos por los primeros cinco kilómetros (más 0.25 ¢ por kilómetro extra) no se modifica, a pesar de que los insumos —diésel, refacciones, neumáticos y nómina— han subido de precio notablemente en los últimos seis años. El pasado abril, los transportistas formalizaron la solicitud de un aumento de cuatro pesos, argumento que fue rechazado por las autoridades, aduciendo que un estudio tarifario tomaría al menos un año.

“Nos preocupa que un procedimiento demore tanto, cuando los costos operativos ya se han disparado: el diésel pasó de 18.76 a 25.50 pesos, y la adquisición de unidades nuevas cuesta hoy casi el doble que antes de la pandemia”, señaló Odilón López Nava, delegado de la Canapat en el Edomex.

Según sus cifras, el gasto diario en combustible por autobús ronda entre 700 y 800 pesos.

En el Valle de Toluca, 20 de las 30 líneas de transporte definirán en los próximos días las fechas exactas de los “paros técnicos”, mientras que las regiones del Valle de México, Los Volcanes, oriente mexiquense y zona sur harán lo propio de manera independiente. Los líderes advierten que se llevarán a cabo varios paros escalonados, lo cual podría afectar a más de 30,000 trabajadores y a miles de usuarios.

La Canapat también ha denunciado el crecimiento exponencial del transporte irregular en todo el Estado de México como muestra de la falta de diálogo con la Secretaría de Movilidad y el Instituto del Transporte. “No existe una interlocución real, y la informalidad refleja el abandono al que nos enfrentamos”, añadió López Nava, criticando la falta de mesas de trabajo donde se analicen las “realidades” del sector.

Mientras el gobierno estatal mantiene firme su decisión de no autorizar ningún ajuste durante el resto de 2025 y parte de 2026, los transportistas preparan su calendario de paros escalonados en demanda de un incremento coherente con la inflación y el coste de operación.