La acumulación excesiva de sargazo en las costas de Quintana Roo no solo reduce el oxígeno en el agua y bloquea la luz solar, sino que pone en riesgo la supervivencia de corales, peces y otras especies marinas. Frente a este desafío ecológico, la Secretaría de Medio Ambiente (SEMA) ha implementado  ha diseñado un esquema global, buscando mitigar sus efectos negativos y fomentar la economía local.

Óscar Rébora, titular de la SEMA en Quintana Roo, explica que los tapices excesivos de sargazo disminuyen el oxígeno disuelto en el océano, impiden el paso de la luz solar y amenazan la supervivencia de corales, peces y otras especies marinas. “Por ello implementamos un enfoque global que incluye vigilancia constante, recolección eficaz y el aprovechamiento sustentable de la macroalga.”

Óscar Rébora relató su experiencia al bucear debajo de una capa densa de sargazo: “La visibilidad se pierde por completo y los corales pierden su fuente de energía natural. Sumado al calentamiento global y las enfermedades marinas, el sargazo se convierte en un agente que acelera el deterioro de los arrecifes”. Este testimonio refuerza la urgencia de adoptar estrategias que garanticen la protección de la vida marina y la conservación de los ecosistemas.

Innovadores locales han dado un paso al frente para convertir el alga en materias primas valiosas. En Cancún, un grupo de jóvenes universitarias fabrica lápices de colores mezclando sargazo limpio con papel reciclado. “Todo comenzó hace seis meses, cuando nuestra profesora nos pidió crear un producto innovador. Nos íbamos a las playas desde temprano para recolectar el sargazo, lo limpiábamos hoja por hoja y lo procesábamos con una licuadora junto con papel reciclado”, contó Andrea Castellanos, alumna de la Universidad Tecnológica de Cancún.

Mientras que en Puerto Morelos se producen los Sargablocks, bloques de construcción patentados para levantar casas duraderas con hasta 120 años de vida útil. “Utilicé el sargazo como materia prima principal, y de ahí se puede hacer todo el compostaje, toda la materia orgánica para lograr lo que hoy es el Sargablock, el primer bloque de sargazo en el mundo, patentado desde 2018” explica Omar Vázquez, fundador del vivero Blue-Green.

Paralelamente, en el municipio de Playa del Carmen, proyectos como Rubis CO₂ aplican pirólisis para generar carbón sólido que puede emplearse en la industria del cemento y la construcción.

La empresa Oceanbiosphere, desde su planta en Puerto Morelos, transforma el sargazo en composta rica en nutrientes, ofreciendo un sustrato orgánico de alta calidad para la agricultura. Y en el sector del calzado, la marca Sargazens ha desarrollado las “sargazandals”, sandalias elaboradas con EVA y macroalga, certificadas mediante blockchain para asegurar su impacto ambiental positivo.

En el ámbito público, la gobernadora Mara Lezama refuerza la estrategia integral con barreras de contención y la incorporación del buque Natans, capaz de recolectar hasta 250 toneladas de sargazo en cada salida. El plan incluye procesar el alga en alta mar para optimizar la operatividad y evaluar su reconocimiento como producto pesquero, lo que permitiría regular su captura y comercialización sin dañar otras especies marinas.

Con el trabajo coordinado entre gobierno, ciencia y emprendimiento, el sargazo deja de ser solo un problema ambiental y económico para convertirse en un motor de innovación, economía circular y desarrollo sostenible en Quintana Roo.