El pasado 31 de marzo, Susan Saravia —de 22 años— salió a divertirse con amigos en el bar ‘Jangueo’ de Campeche y, tras continuar la noche en un “after”, sufrió una agresión sexual tumultuaria perpetrada por tres hombres, uno de ellos un amigo que ella consideraba “de confianza”. Según relata Liz Rodríguez, madre de la afectada, su hija narró la violación el mismo día de los hechos y ambas presentaron la denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Campeche. Sin embargo, desde el inicio han enfrentado trabas y escepticismo por parte de funcionarias.

Además de la lentitud en las indagatorias, las familias de los presuntos responsables habrían intentado sobornar a Susan y a sus allegados con casas, autos y otros bienes para que retiraran la denuncia. Ante la falta de avances, Susan recurrió a TikTok para hacer público su caso, explicando que el temor y la vergüenza la mantenían en silencio, pero que la visibilidad digital fue el único camino para romper el encubrimiento en la fiscalía y presionar por justicia.

En su video, la joven denuncia que la estrategia de desacreditación incluye páginas de internet con fotos suyas sin autorización y comentarios que buscan invalidar su testimonio. Susan aclara que sus agresores no eran desconocidos: la confianza depositada en ellos, dice, agudiza la traición y el impacto emocional. Aunque reconoce que hay días de dolor profundo, explica que sonrisa y fortaleza no contradicen el proceso de recuperación.

Tras la difusión en redes, al menos siete mujeres más se han acercado a Susan y a su madre para relatar agresiones similares —en algunos casos con más personas involucradas— atribuidas a los mismos tres sujetos. Frente a este patrón de “violación en manada”, la familia de la víctima evoca otros casos de alto impacto mediático y exige a la Fiscalía estatal acelerar la búsqueda y detención de los dos presuntos agresores que permanecen prófugos. Hasta ahora solo uno, identificado como Ángel ‘N’, ha sido arrestado.