Alemania enfrenta horizonte electoral incierto, con la sombra de Elon Musk sobre la contienda
Gobierno de Scholz en duda; crece Alice Weidel con apoyo del magnate.

5 de enero de 2025
Berlín, Alemania
Redacción
Alemania se encuentra en un momento político decisivo, con elecciones anticipadas previstas para el próximo 23 febrero. El gobierno de Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), enfrenta una grave crisis de confianza tras la pérdida de apoyo en el Bundestag y el colapso de su coalición. A medida que las tensiones políticas aumentan, el futuro de la política alemana se vuelve cada vez más incierto.
Uno de los fenómenos más destacados de este panorama es el ascenso del partido Alternativa para Alemania (AfD), liderado por Alice Weidel, que ha ganado terreno en las encuestas y se posiciona como una fuerza importante, con un apoyo creciente en temas como inmigración y la salida de la Unión Europea. Según The Guardian, AfD podría convertirse en la segunda fuerza política del país, desafiando a la Unión Demócrata Cristiana (CDU/CSU), tradicionalmente la principal opción de centroderecha.
La controversia también involucra a actores internacionales. Elon Musk, propietario de X (antes Twitter), ha expresado públicamente su apoyo a AfD, lo que ha generado una fuerte reacción del gobierno alemán. Musk ha sido acusado de intentar influir en el resultado electoral, un hecho que pone aún más presión sobre un proceso electoral ya de por sí delicado.
El apoyo de Musk a AfD ha escalado en los últimos meses, culminando en una conversación en vivo con Weidel que se realizará el próximo jueves 9 de enero en la red social del magnate. Esta transmisión atraerá sin duda atención a nivel global, mientras los votantes alemanes se preparan para una elección que podría redefinir el curso político del país.
En cuanto a las coaliciones, la posibilidad de una mayoría absoluta parece remota. Los partidos tradicionales como SPD y CDU/CSU se verán obligados a explorar alianzas con otros grupos políticos, incluidos los Verdes y los Liberales, si quieren formar un gobierno estable. Sin embargo, la irrupción de AfD podría dificultar cualquier acuerdo entre los partidos convencionales.
La postura de AfD sobre Ucrania ha sido clave en su ascenso. El partido defiende una política de neutralidad y la suspensión del suministro de armas a Kiev, lo que ha resonado entre una parte de la población alemana descontenta con la postura belicista del gobierno de Scholz. Esto, junto con su enfoque en el nacionalismo, ha incrementado su base de apoyo, especialmente en un contexto de creciente preocupación por la seguridad.
El SPD, por su parte, ha quedado atrapado entre la presión interna por la política económica y la necesidad de mantenerse firme en su apoyo a Ucrania. La falta de consenso dentro de la coalición ha llevado a un descenso en la popularidad de Scholz, quien ahora se enfrenta a un reto mayor: encontrar un camino hacia la estabilidad política mientras el país atraviesa una crisis económica y social.
Las encuestas muestran un panorama fragmentado, lo que hace aún más probable que las coaliciones poselectorales sean necesarias. Con una AfD que crece, y un SPD que lucha por mantenerse relevante, el panorama electoral se pinta cada vez más dividido, con la incertidumbre sobre quién tomará las riendas de Alemania en los próximos años.