Cinco periodistas de la cadena Al Jazeera fallecieron tras un ataque que impactó la carpa de prensa instalada en la entrada principal del hospital Al-Shifa, en la ciudad de Gaza, informó la propia emisora con sede en Qatar. Entre las víctimas identificadas por la cadena están los corresponsales Anas al-Sharif y Mohammed Qreiqeh, además de los camarógrafos Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa. Según fuentes locales y materiales audiovisuales verificados por la BBC, en el lugar también murió otro periodista, Mohammad al-Khaldi, que no trabajaba para Al Jazeera pero cubría la zona para distintos medios.

Al Jazeera calificó el ataque como un “asesinato selectivo” y lo tildó de “otro ataque flagrante y premeditado a la libertad de prensa”. Por su parte, el Ejército israelí confirmó haber atacado a Anas al-Sharif y, a través de un comunicado en Telegram, lo acusó de haber actuado como “jefe de una célula terrorista de Hamás”; esa declaración no mencionó explícitamente a los demás periodistas muertos. Las autoridades militares señalaron además que, antes del ataque, se tomaron medidas destinadas a mitigar daños a civiles, como el uso de munición de precisión y vigilancia aérea, según su comunicado.

La muerte de estos reporteros ocurre en un contexto de severas restricciones al trabajo de la prensa en la Franja de Gaza: desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, numerosos medios han señalado que no pueden enviar corresponsales internacionales a la zona, por lo que dependen de periodistas locales para la cobertura sobre el terreno. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha contabilizado, según sus datos, decenas de profesionales de la información muertos desde el inicio del conflicto; la cadena Al Jazeera y otras organizaciones han pedido protección para sus corresponsales y advertido sobre una presunta campaña de incitación contra ellos.

El director editorial de Al Jazeera, Mohamed Moawad, declaró ante la BBC que al-Sharif era un periodista acreditado cuya labor había sido clave para documentar lo que ocurre dentro de la Franja. Moawad afirmó que los periodistas atacados no estaban “en el frente” sino en una carpa destinada a labores informativas y acusó al gobierno israelí de intentar silenciar la cobertura desde el interior de Gaza. Imágenes difundidas tras el ataque muestran a colaboradores cargando cuerpos y a colegas identificando a las víctimas; la BBC Verify confirmó la autenticidad de algunos de esos videos.

La agresión ocurre en medio de un aumento de tensiones: un día antes el Ejecutivo israelí autorizó el inicio de una ofensiva para la toma de la ciudad de Gaza, medida que provocó condenas y preocupación internacional por el impacto humanitario. Voces diplomáticas y organismos de derechos humanos han exigido investigaciones independientes para esclarecer responsabilidades y proteger a la prensa, mientras que medios y colectivos de periodistas reclaman el fin de los ataques contra informadores y garantías para el trabajo periodístico en zonas de conflicto.