Canadá refuerza su autonomía tras los embates de Trump
Mark Carney impulsa el Partido Liberal y redefine la cooperación norteamericana, mientras México busca reposicionarse en relaciones exteriores.

5 de mayo de 2025
Canadá
Manuel Jasso
A cien días del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, las políticas del expresidente han generado incertidumbre, desorden y desconfianza entre analistas de todo el continente. Sin embargo, en Canadá estas tensiones se tradujeron en un inesperado impulso al nacionalismo: el 28 de abril, el Partido Liberal derrotó al bloque conservador, en gran parte gracias a la reacción ciudadana ante los ataques económicos —aranceles— y verbales de Trump, que incluso llegó a sugerir convertir a Canadá en el “estado 51” de Estados Unidos.
El nuevo líder liberal, Mark Carney, economista de renombre y ex presidente del Banco de Inglaterra, centró su narrativa en afirmar que “Estados Unidos quiere nuestras tierras, nuestros recursos, nuestras aguas… el presidente Trump está intentando quebrarnos para luego poseernos.
Eso nunca sucederá”. Carney subrayó que esta victoria demuestra que la antigua cooperación basada en una integración creciente con EE. UU. ha alcanzado un punto de inflexión y que, aunque el sistema de comercio global anclado por Estados Unidos brindó prosperidad, es momento de diversificar alianzas sin olvidar las lecciones del pasado.
Entre los desafíos inmediatos de Carney figuran la contención del elevado costo de la vivienda y la creación de empleos mejor remunerados en el ámbito interno, así como la preparación de la cumbre del G7 que Canadá albergará en junio. En lo internacional, el objetivo es balancear el legítimo antitrumpismo que movilizó a la ciudadanía con la necesidad de mantener una relación funcional con Estados Unidos, evitando un rompimiento que afecte la seguridad y el comercio de Norteamérica.
En este contexto, México enfrenta su propia encrucijada de política exterior. Con estilos y prioridades distintas, ambos países comparten el T‑MEC como marco de cooperación obligada. No obstante, siete meses después de la llegada de la presidenta Claudia Sheinbaum, no hay señales claras de una estrategia para fortalecer la relación con Canadá. La Secretaría de Relaciones Exteriores, golpeada por recortes presupuestales, no ha nombrado a un nuevo embajador en Ottawa ni ha impulsado un plan de acercamiento con el líder Carney.
Expertos advierten que preparar el terreno para un diálogo Sheinbaum–Carney es esencial para posicionar a México como una voz clave en los cambios geopolíticos actuales y para encarar con éxito las negociaciones futuras del T‑MEC. Solo así podrá nuestro país recuperar el liderazgo regional y sumar a su economía la estabilidad y certidumbre que demanda un entorno cambiante.