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Congreso de EE.UU. tiene un día más para evitar el cierre del Gobierno; las probabilidades se ven poco favorables

Senado republicano da a los demócratas otra oportunidad para respaldar una prórroga corta, pero la negociación por subsidios de salud mantiene el bloqueo y eleva la posibilidad de un cierre.

30 de septiembre de 2025

Estados Unidos

Redacción

A menos de 24 horas del vencimiento del presupuesto, el Senado programó una votación de último minuto sobre un proyecto republicano de crédito temporal —un “clean” continuing resolution (CR)— con la esperanza de forzar a los demócratas a elegir entre respaldar la prórroga o provocar el cierre de la administración federal. Sin embargo, analistas y fuentes parlamentarias advierten que las opciones de un acuerdo son limitadas y que un impasse parece cada vez más probable.


El nudo central de la disputa son los subsidios del Affordable Care Act (ACA) y recortes a programas como Medicaid: los demócratas insisten en incluir la extensión de esos subsidios y medidas para revertir recortes, mientras que la bancada republicana impulsa una prórroga “limpia” que no condiciona la financiación a cambios en salud. Ese choque ha sido presentado por los líderes como la razón principal por la cual los votos bipartidistas necesarios para aprobar la prórroga aún no se consolidan.


Tras una reunión a puerta cerrada en la Casa Blanca entre el presidente y los líderes del Capitolio no se registró un avance significativo, y el líder republicano del Senado, John Thune, anunció que someterá de nuevo la medida a votación para presionar a la oposición. Los demócratas, por su parte, sostienen que no apoyarán un CR que deje vigentes recortes a la atención médica sin garantías concretas.


Mientras tanto, algunos senadores demócratas exploran alternativas de corto plazo —un proyecto que extendería la financiación apenas por una semana o poco más— como vía para ganar tiempo y negociar los términos de salud sin un cierre prolongado. No obstante, dichas opciones no habían alcanzado consenso al cierre de las negociaciones y permanecen en discusión.


El riesgo económico y social ya genera reacciones: los mercados muestran nerviosismo ante la posibilidad de interrupciones en la actividad federal, y firmas y analistas han advertido sobre el impacto de un cierre sobre la publicación de datos económicos y la operatividad de programas públicos.


Un cierre implicaría la suspensión temporal de actividades no esenciales en agencias federales, el posible despido o suspensión sin paga de miles de empleados públicos y la demora de servicios y permisos que dependen de financiación anual. Históricamente, los cierres han variado en duración y alcance —el más largo reciente duró más de un mes— y sus efectos repercuten tanto en la administración como en ciudadanos que dependen de programas federales.


Los republicanos planean someter repetidamente la prórroga a votación con la expectativa de que la presión pública y las consecuencias visibles de un cierre empujen a algunos demócratas a cruzar la línea. Los demócratas, en cambio, argumentan que aceptar una prórroga “limpia” sin garantías equivaldría a renunciar a protecciones de salud para millones de estadounidenses. Con la medianoche como plazo, el Congreso dispone de horas críticas para forjar un compromiso o enfrentar las consecuencias de un cierre que, según varios reportes, ahora no puede descartarse.

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