Diálogo frágil: EE.UU. e Irán retoman negociaciones nucleares en Mascate
Tras ocho años de estancamiento, Steve Witkoff y Abbas Araghchi se reúnen en Omán para negociar el desmantelamiento del programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones.

14 de abril de 2025
Irán
Manuel Jasso
Tras ocho años de congelamiento diplomático, Estados Unidos e Irán han decidido reanudar las negociaciones nucleares en Mascate, Omán, con la mediación del ministro de Exteriores de ese país, Badr al Busaidi. Este primer contacto directo, aunque breve, marca el regreso al diálogo tras la retirada de EE.UU. del acuerdo de 2015 bajo la administración Trump.
El encuentro se celebró el sábado pasado en instalaciones discretas de la capital omaní. Por parte de EE.UU. asistió Steve Witkoff, enviado especial de la Casa Blanca, y por Irán, el canciller Abbas Araghchi. Tras una ronda de mensajes intercambiados vía al Busaidi, ambos delegados se dirigieron directamente la palabra en una conversación de cincuenta minutos que fue calificada como “seria y sustantiva”.
Durante el diálogo, Witkoff subrayó la prioridad de la administración Trump de desmantelar el programa nuclear iraní, mientras que Araghchi insistió en la necesidad de levantar todas las sanciones económicas que, a su juicio, estrangulan la economía de Irán. El funcionario iraní recordó la desconfianza de Teherán tras la ruptura del pacto de 2015, y Witkoff respondió que el éxito depende de la voluntad política del régimen shiíta.
Antes de concluir el primer contacto, se acordó una nueva ronda de negociaciones en Roma para mediados de abril. Ambas partes dieron su visto bueno a la propuesta, aunque persisten desacuerdos sobre el formato y el calendario exacto de la próxima reunión.
Al regresar a Teherán, Araghchi informó al ayatollah Ali Khamenei, quien se muestra reticente a dialogar con Washington. Sin embargo, asesores cercanos —incluido el presidente Masoud Pezeshkian— han presionado para que Irán aproveche la oportunidad de conseguir el levantamiento de sanciones que alivien la crisis económica interna.
En paralelo, el canciller iraní compartió detalles del encuentro con sus homólogos de Egipto, Kuwait y Qatar, buscando el respaldo de sus vecinos árabes, que ven en un eventual acuerdo un mecanismo para descomprimir la tensión regional y limitar la influencia geopolítica de Teherán.
Por su parte, Witkoff viajó a Mar‑a‑Lago para informar a Donald Trump sobre los resultados en Omán y, posteriormente, sostuvo una reunión con Ron Dermer, ministro de Seguridad de Israel y hombre de confianza de Benjamin Netanyahu. Israel ha expresado sus dudas y presiona para que EE.UU. contemple una opción militar si las negociaciones fracasan.
En este complejo tablero, Trump busca estabilizar Oriente Medio fortaleciendo al gobierno del Líbano, frenando los ataques de los hutíes en el Mar Rojo, avanzando en la liberación de rehenes en Gaza y extendiendo los Acuerdos de Abraham a Arabia Saudita. Un pacto nuclear con Irán se considera pieza clave para alcanzar estos objetivos multilaterales.
Para la Casa Blanca, el acuerdo con Teherán trasciende el desmantelamiento nuclear: es un paso estratégico para redefinir la presencia estadounidense en la región y contrarrestar la influencia de potencias como Rusia y China. La próxima cita en Roma será la prueba de fuego para una negociación que se mantiene en equilibrio precario entre la diplomacia y la amenaza militar.