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España ve una posible “desescalada” en la ola de incendios tras la caída de las temperaturas

La bajada térmica y la intervención aérea y terrestre ofrecen una ventana para controlar los fuegos, aunque persisten focos activos en el norte y el oeste del país.

21 de agosto de 2025

España

Redacción

Madrid — Tras una “noche favorable” marcada por el alivio térmico, las autoridades españolas apuntaron este jueves a una posible desescalada de la ola de incendios que ha arrasado amplias superficies del país. La directora general de Protección Civil y Emergencias calificó la jornada como “determinante” para intentar sofocar los fuegos lo antes posible, si bien advirtió del riesgo de reactivaciones y de la existencia todavía de varios focos activos.


Según los datos oficiales y el seguimiento de agencias europeas, en 2025 casi 400,000 hectáreas han sido afectadas por incendios en distintos puntos de España, lo que convierte a esta temporada en una de las más devastadoras de las últimas décadas. Las regiones más afectadas son Galicia, Castilla y León, Asturias y Extremadura, donde la presencia de rachas de viento y el gran número de frentes han complicado las labores de extinción.


En Galicia persisten varios incendios activos, con la provincia de Ourense entre las más golpeadas: los fuegos en distintos municipios han superado las 80,000 hectáreas quemadas en la comunidad, y los equipos técnicos mantienen la vigilancia sobre núcleos rurales vulnerables mientras esperan consolidar los perímetros. El presidente de la Xunta mostró un “optimismo prudente” ante la posibilidad de iniciar una desescalada en los próximos días si las condiciones lo permiten.


En Castilla y León y Asturias las llamas continúan en diferentes focos con grados de emergencia distintos, y el viento fue un factor agravante en episodios recientes; en algunos casos las autoridades han tenido que movilizar recursos extraordinarios para proteger núcleos poblacionales y carreteras. Mientras tanto, el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) autorizó el envío de medios aéreos adicionales —entre ellos dos aviones anfibios tipo FOCA y una aeronave de coordinación (ACO)— para apoyar las tareas desde el aire.


En el oeste, el incendio de Jarilla (provincia de Cáceres) figura entre los más graves: los informes recientes elevan la superficie afectada a casi 17,000 hectáreas en ese foco y las autoridades regionales mantienen un amplio despliegue —cientos de efectivos, varias decenas de medios aéreos y maquinaria pesada— para intentar perimetrarlo y atajar los rebotes. La Consejería responsable informó que la estrategia de contención empezaba a dar resultados y que las labores seguirán siendo intensas durante los próximos días.


La crisis ha tenido además un impacto socioeconómico inmediato: el turismo rural en las áreas afectadas ha sufrido cancelaciones masivas desde la segunda quincena de agosto por la densidad del humo y las restricciones, y asociaciones empresariales advierten del daño que la pérdida de paisaje y la degradación ambiental pueden causar al mediano plazo para la oferta turística local. Asimismo, se mantiene la preocupación por la seguridad de brigadas y vecinos, así como por la obligación de coordinar esfuerzos autonómicos y estatales para optimizar recursos.


Las autoridades insisten en que la mejora meteorológica debe aprovecharse para consolidar perímetros y evitar reactivaciones, y piden a la ciudadanía prudencia y colaboración. Mientras tanto, las investigaciones y el despliegue de recursos continúan para contener los focos que aún permanecen activos y para evaluar los daños en el paisaje y la biodiversidad afectada.

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