El gobierno de Estados Unidos anunció este martes su nueva salida de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), citando un supuesto sesgo pro-palestino y la promoción de iniciativas “divisivas” que, según su portavoz, ya no corresponden al interés nacional norteamericano. Con sede en París desde su fundación en 1945, la UNESCO ha sido clave en la catalogación de sitios del Patrimonio Mundial y en la cooperación cultural, educativa y científica entre países.

La retirada actual se enmarca en una revisión más amplia de la participación de EE. UU. en agencias de la ONU bajo la Administración Trump, que ya ha decidido suspender su aporte a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la agencia de asistencia palestina UNRWA.

Durante su primer mandato, Donald Trump sacó a Estados Unidos de la UNESCO y del Consejo de Derechos Humanos, decisiones revertidas por la Administración Biden en 2021, para ahora repetirse tras el regreso del exmandatario a la Casa Blanca.

Históricamente, Estados Unidos se apartó de la UNESCO en 1984 por quejas de mala gestión y presunto sesgo antiestadounidense, para regresar en 2003 tras comprometerse la agencia a aplicar reformas. Hoy su contribución ronda el 8% del presupuesto total, lejos del 20% que aportaba en 2017 cuando se produjo la anterior salida. Con esta decisión, el país sacrifica su papel protagónico en la toma de decisiones culturales y educativas a nivel global, en un momento de tensiones multilaterales crecientes.