El estrecho de Ormuz, la arteria petrolera global en riesgo de colapso
La posible amenaza iraní de cerrar este corredor estratégico podría disparar precios y sacudir economías clave.

23 de junio de 2025
Irán
Manuel Jasso
El estrecho de Ormuz conecta el Golfo Pérsico con el mar Arábigo y canaliza casi una quinta parte del petróleo mundial, enlazando a productores de Oriente Medio con mercados de Asia-Pacífico, Europa y América del Norte. Con apenas 33 kilómetros en su punto más angosto entre Omán e Irán, este pasaje es fundamental para la seguridad energética global. Tras los recientes ataques de Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares iraníes, el parlamento de Irán aprobó una medida que le faculta a cerrar el paso, aunque la decisión final recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Teherán.
Un corredor vital para el comercio
En la primera mitad de 2023, cerca de 20 millones de barriles diarios circularon por Ormuz, lo que equivale a un flujo anual de casi 600,000 millones de dólares en crudo. El paso, con dos canales de apenas 3 km cada uno, permite el tránsito de los mayores superpetroleros y concentra la mayor parte de las exportaciones de la OPEP y el gas natural licuado de Qatar. Cualquier interrupción impactaría de inmediato en los precios internacionales del petróleo, presionando la inflación y afectando a economías dependientes de la energía.
Repercusiones de un cierre
Un eventual bloqueo afectaría especialmente a China, el principal comprador de crudo iraní, y a otros grandes importadores asiáticos como India, Japón y Corea del Sur. El secretario de Estado de EE.UU. advirtió a Pekín que tal medida sería “un suicidio económico” para el gigante asiático, que importa más de 1.8 millones de barriles al día desde Irán. Analistas coinciden en que un cierre temporal elevaría el costo del barril y provocaría nerviosismo en las bolsas, mientras socios del Golfo quedarían con sus exportaciones seriamente limitadas.
¿Cómo podría Irán materializar la amenaza?
Las aguas del estrecho están dentro de la jurisdicción iraní y omaní, y Teherán podría desplegar minas navales, lanchas rápidas armadas con misiles antibuque, e incluso submarinos para obstaculizar el paso de cerca de 3,000 barcos mensuales. Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados han demostrado capacidad para reabrir la ruta por la fuerza si fuera necesario, como sucedió durante la “guerra de los petroleros” en los años 80, cuando buques militares estadounidenses escoltaron convoyes a través del Golfo.
Aunque Irán nunca ha clausurado completamente Ormuz pese a sus frecuentes amenazas, expertos aseguran que, de concretar un bloqueo, las consecuencias serían más graves que en conflictos pasados. Incluso China podría usar su influencia diplomática para disuadir la medida, dado el costo que implicaría para su economía y para la estabilidad del mercado energético mundial.