Grecia, Turquía e Italia combaten incendios forestales bajo la ola de calor más severa del verano
Temperaturas de hasta 42 °C y vientos intensos alimentan decenas de incendios, obligando a evacuaciones masivas y apoyo internacional.

28 de julio de 2025
Grecia/Turquía/Italia
Redacción
Una intensa ola de calor golpea al sur de Europa, desatando una oleada de incendios forestales que amenaza a miles de residentes y pone al límite a los servicios de emergencia de Grecia, Turquía e Italia. Las autoridades registran picos de hasta 42 °C, sequía prolongada y ráfagas que hacen incontrolables las llamas.
En Grecia, más de 5,000 personas fueron reubicadas en las afueras de Atenas, en la región de Ática, tras conflagraciones que arrasaron viviendas y detonaron explosiones en complejos industriales. El espeso humo ha dificultado las maniobras de aviones hidrantes y helicópteros. A la fecha, unos 220 bomberos, respaldados por 70 camiones, dos helicópteros y aeronaves especializadas, combaten más de 50 focos activos. El gobierno heleno ha activado el mecanismo RescEU de la UE para recibir asistencia extranjera, mientras monumentos como el Partenón han cerrado sus puertas y se han suspendido actividades al aire libre.
En Turquía, la situación es aún más crítica: al menos 13 fallecidos —la mayoría bomberos y rescatistas— y más de 3 600 evacuados en la provincia de Bursa, donde solo esa zona sumó 1,765 desplazados. Un total de 1 110 combatientes luchan contra 76 incendios distribuidos en todo el país, mientras carreteras han quedado clausuradas y se refuerzan patrullajes para prevenir nuevos brotes.
La isla italiana de Cerdeña vive una de sus temporadas más graves de fuegos forestales en años. Durante el fin de semana, 102 personas —entre ellas 12 menores— fueron evacuadas por mar, en medio de imágenes de vehículos chamuscados y densas nubes de humo cerca de la costa. Las autoridades regionales han pedido a la población extremar precauciones y reportar con urgencia cualquier indicio de incendio.
Los expertos advierten que el aumento de la frecuencia e intensidad de estos eventos climáticos extremos refleja el cambio climático y exige reforzar la vigilancia preventiva, invertir en brigadas locales y mejorar la cooperación transfronteriza para la gestión de crisis. Mientras tanto, la prioridad sigue siendo proteger vidas y patrimonio natural antes de que llegue el alivio en forma de lluvias.