A seis jornadas de ataques mutuos, el ayatolá Ali Jamenei, líder supremo de Irán, reiteró que su país jamás aceptará condiciones de rendición ni una paz dictada desde el exterior. En un mensaje transmitido por la televisión estatal, Jamenei señaló que la nación persa resistirá tanto una guerra “impuesta” como una paz forzada, protegiendo su soberanía y su historial de defensa nacional.

El discurso, emitido en respuesta a las crecientes hostilidades con Israel y a las presiones del presidente Donald Trump, incluyó una advertencia directa a Estados Unidos: cualquier operación militar contra Irán conllevará “daños irreparables”. Con ello, Jamenei buscó desestimar las demandas de “rendición incondicional” y reforzar la idea de que la República Islámica no cederá ante amenazas externas.

Hasta ahora, la confrontación ha escalado tras sucesivos lanzamientos de misiles y drones por ambas partes, alimentando el temor a un conflicto aún mayor en la región. El mensaje de Jamenei incluyó referencias a la negativa de Irán a someterse a ultimátums por su programa nuclear, así como a la voluntad de resistencia frente a las sanciones económicas y los embates diplomáticos.

Este cruce de declaraciones entre Teherán, Jerusalén y Washington podría acelerar decisiones estratégicas en Medio Oriente. Mientras Irán afianza su postura de intransigencia, Israel y sus aliados valoran la posibilidad de una intervención conjunta para neutralizar lo que consideran una amenaza nuclear. El resultado de estas tensiones marcará el futuro de la seguridad regional y el rumbo del mercado energético global.