El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, autorizó este lunes la suspensión inmediata de los acuerdos en materia de gas con Trinidad y Tobago, tras considerar como una “amenaza” el permiso del gobierno trinitense para la presencia de buques de guerra de Estados Unidos en sus aguas. La medida fue informada tras una propuesta del Ministerio de Hidrocarburos y la directiva de la estatal PDVSA.

Según reportes oficiales y declaraciones citadas en medios, Maduro argumentó que la cooperación energética suscrita años atrás —dirigida al desarrollo de bloques de gas compartidos— se mantuvo en un marco de “hermandad y solidaridad”, pero que la reciente decisión de Puerto España de facilitar maniobras militares de Estados Unidos rompe esa confianza y obliga a una respuesta inmediata. La vicepresidenta y titular de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, había propuesto denunciar el acuerdo marco de 2015, cuya vigencia fue mencionada en pronunciamientos oficiales.

Por su parte, las autoridades de Trinidad y Tobago rechazaron que su colaboración militar con Estados Unidos pretenda provocar a Venezuela. El ministerio trinitense señaló que la presencia de embarcaciones y ejercicios se enmarca en esfuerzos para combatir el crimen transnacional, incluida la lucha contra el narcotráfico, y negó que las maniobras busquen hostilizar a Caracas. El intercambio diplomático elevó la tensión entre ambos países y puso en incertidumbre proyectos energéticos bilaterales.

La decisión de Caracas afecta acuerdos que contemplan cooperación técnica y el manejo de yacimientos compartidos, además de proyectos de infraestructura en hidrocarburos que ambas naciones habían impulsado en años previos. Diversos medios subrayan que el anuncio ocurre en un contexto de mayor presencia militar estadunidense en el sur del Caribe y de gestiones recientes que permitieron a empresas y autoridades de Trinidad avanzar en negociaciones energéticas con permiso de Washington.

Hasta ahora, el Gobierno venezolano ha calificado la actuación de la primera ministra Kamla Persad-Bissessar como una alineación con intereses de Estados Unidos, mientras que Puerto España insiste en que su política es la colaboración regional para seguridad y lucha contra el crimen. La suspensión decretada por Maduro se presenta como una medida cautelar que, según voceros oficiales, podría dar paso a decisiones estructurales adicionales tras consultas con instancias del Estado.