El inicio de 2025 estuvo marcado por dos tragedias que impactaron Estados Unidos en las primeras horas del año: la madrugada del 01 de enero, un atropello masivo en Nueva Orleans y, horas después, la explosión de un vehículo Tesla modelo Cybertruck frente al Trump International Hotel en Las Vegas. A pesar de la cercanía temporal y algunos paralelismos entre los autores de ambos ataques, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha confirmado que no existen pruebas que vinculen directamente los dos eventos.

El subdirector adjunto de la División Antiterrorista del FBI, Christopher Raia, destacó que el atropello en Nueva Orleans, que dejó al menos 15 muertos, fue “un acto terrorista premeditado”. El atacante, identificado como Shamsud-Din Jabbar, un exmilitar estadounidense de 42 años, actuó solo y no tenía cómplices, según las últimas investigaciones. Jabbar, quien sirvió en el Ejército de EE.UU., había publicado en redes sociales videos en los que manifestaba su apoyo al Estado Islámico (ISIS), aunque el FBI aún no ha encontrado conexión directa con la organización terrorista.

Horas después de la tragedia en Nueva Orleans, en Las Vegas ocurrió otro incidente alarmante: una explosión en un Cybertruck Tesla cerca de la torre que alberga el hotel del presidente electo Donald Trump. El ataque dejó una víctima mortal y siete heridos, y, aunque las autoridades locales han encontrado explosivos y gasolina en el vehículo, no se ha confirmado aún si el incidente estuvo vinculado al terrorismo. La Policía de Las Vegas sigue tratando el caso como un posible acto criminal o terrorista. Las autoridades identificaron al conductor de la camioneta: Matthew Livelsberger, un exmiembro de las Fuerzas Especiales estadounidenses de 37 años, originario de Colorado Springs. Livelsberger falleció en la explosión.

Los investigadores han encontrado paralelismos en el perfil de los atacantes: ambos eran exmilitares estadounidenses y ambos alquilaron sus vehículos en la misma empresa, Turo. Este hallazgo ha desconcertado aún más a las autoridades, quienes recuerdan un caso similar, el tiroteo en Fort Hood de 2009, que también involucró a un exmilitar. La comunidad de inteligencia continúa trabajando para esclarecer las motivaciones detrás de ambos incidentes, mientras las autoridades locales y federales mantienen la alerta.

Con las investigaciones aún en curso, el terrorismo sigue siendo una de las hipótesis principales en el ataque a Nueva Orleans, pero el vínculo con Las Vegas sigue siendo incierto. El país se mantiene atento a los avances de los informes oficiales, mientras la seguridad pública sigue siendo una prioridad para el gobierno saliente del presidente Joe Biden.