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Parlamento de Nepal incendiado en una ola de violencia en protestas contra censura

Protestas masivas contra la censura y la corrupción terminaron con edificios públicos y residencias prendidos fuego; el primer ministro K.P. Sharma Oli renunció mientras el país enfrenta una crisis política y humanitaria.

9 de septiembre de 2025

Nepal

Redacción

Cientos de manifestantes ingresaron al complejo parlamentario en Katmandú y lo incendiaron este martes, en el episodio más grave de dos días de protestas juveniles que se desataron por la censura en redes y la denuncia de corrupción. La toma y quema del parlamento ocurrieron tras enfrentamientos que dejaron decenas de muertos y centenares de heridos, y se produjeron ataques también contra residencias de líderes políticos y edificios oficiales.


Las autoridades y organizaciones internacionales reportaron un número importante de víctimas en los choques entre la policía y los manifestantes; mientras fuentes internacionales como Reuters y Al Jazeera consignaron que al menos 19 personas perdieron la vida y que más de 300 resultaron heridas, medios locales y recuentos subsiguientes elevaron el saldo mortal en días posteriores. Human Rights Watch y agencias han denunciado el uso de fuerza letal en la dispersión de las movilizaciones.


Ataques a dirigentes y víctimas civiles

La violencia se volvió también personal: la residencia de varias figuras públicas fue asaltada y prendida fuego. Entre los casos más trágicos figuró el de Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del exprimer ministro Jhala Nath Khanal, quien sufrió quemaduras graves tras el ataque a su casa y falleció durante su tratamiento, según reportes hospitalarios citados por agencias. Asimismo, la vivienda del primer ministro dimitente K.P. Sharma Oli fue incendiada y otras figuras políticas —incluida la familia del exprimer ministro Sher Bahadur Deuba— fueron agredidas en sus domicilios.


Cárceles atacadas y fugas masivas

Las turbas también atacaron centros penitenciarios. Reportes locales documentaron la quema y la apertura forzada de varias cárceles; en Kaski (Pokhara) se informó la fuga masiva de internos —cifras locales señalaron cientos de reos liberados tras los disturbios—, un suceso que amplificó la percepción de descontrol en varias regiones.


Reacciones políticas: renuncias y demandas de investigación

En medio del caos, el primer ministro K.P. Sharma Oli presentó su renuncia, y diputados de la bancada Rastriya Swatantra Party renunciaron colectivamente, al afirmar que el Parlamento había perdido legitimidad y pedir la creación de un gobierno civil interino y una investigación de alto nivel sobre la represión. Organizaciones como Amnistía Internacional y Naciones Unidas han pedido indagaciones independientes ante denuncias de abuso de fuerza.


Llamados a la calma y control militar parcial

El Ejército de Nepal, desplegado en la capital, llegó a la zona pero en momentos clave no intervino para evitar el ingreso de manifestantes al parlamento, según imágenes y relatos publicados por medios. El Estado Mayor hizo un llamado a la población a mantener la calma y buscar una solución mediante el diálogo político, mientras el alcalde de Katmandú solicitó moderación a los manifestantes para evitar más pérdidas humanas.


Qué piden los manifestantes y por qué estalló la violencia

El movimiento congregó principalmente a jóvenes que protestaron contra la corrupción, el nepotismo y —como detonante inmediato— la prohibición de varias plataformas y aplicaciones de redes sociales por parte del gobierno. La combinación de un rechazo masivo a las medidas de censura y la indignación por prácticas corruptas escaló en violencia que ahora obliga al país a encarar una crisis política y judicial.

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