El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido este miércoles en el castillo de Windsor por el rey Carlos III y la reina Camila en una ceremonia marcada por fuerte ceremonial militar y un intercambio protocolario de obsequios entre la familia real y la delegación estadounidense. Se trata de la primera jornada de la visita oficial que realiza en su segundo mandato.

La llegada incluyó una revisión de la guardia de honor y un despliegue extraordinario: medios internacionales consignaron la participación de alrededor de 1,300 efectivos y una exhibición ecuestre y de bandas que acompañó la entrada al recinto. Tras la ceremonia, Trump y la primera dama depositaron una corona en la capilla real en homenaje a la reina Isabel II.

En el protocolo de regalos, los anfitriones ofrecieron a los visitantes presentes oficiales institucionales y obsequios con significado simbólico; por su parte, la pareja presidencial estadounidense entregó una réplica de la espada utilizada por el presidente Dwight D. Eisenhower y un broche de joyería para la reina Camila, según comunicados y reportes de la prensa.

Mientras tanto, en el centro de Londres se registraron marchas y concentraciones masivas convocadas por diversas agrupaciones —entre ellas coaliciones contra la visita— que exhibieron pancartas y consignas contrarias a la política y al perfil público del mandatario. Organizaciones y medios locales estimaron la asistencia en varios miles y señalaron un amplio despliegue policial que superó el millar de agentes para custodiar las protestas y los itinerarios oficiales.

La visita, de carácter ceremonial pero con implicaciones diplomáticas, coincide con una agenda bilateral que incluye encuentros políticos y la firma de acuerdos en materia de inversión y tecnología, según informaron autoridades y fuentes de prensa. Aun así, la polarización pública quedó patente: las manifestaciones incluyeron críticas por posturas internacionales del gobierno estadounidense y proyecciones visuales que derivaron en algunas detenciones, de acuerdo con reportes.

La jornada continuará con reuniones de alto nivel y un banquete de Estado en el que se espera la declaración conjunta sobre la relación transatlántica y anuncios en materia económica que, según analistas, buscan combinar la pompa diplomática con compromisos prácticos para fortalecer la cooperación bilateral.