Tensiones globales marcan llegada de líderes al G7
Bajo la sombra del conflicto Israel‑Irán y con el regreso de Trump, Canadá aspira a reforzar unidad y presionar a Rusia.

16 de junio de 2025
Canadá
Manuel Jasso
Desde este lunes 16 de junio de 2025, los jefes de Estado y de Gobierno del G7 se dan cita en Kananaskis, en las Montañas Rocosas de Canadá, para una cumbre de tres días que mezcla viejas rencillas y nuevos desafíos. La inesperada escalada de ataques entre Israel e Irán ha desviado la atención, mientras la anfitriona Canadá busca reimpulsar la cohesión del grupo y aumentar la presión diplomática sobre Rusia en el marco de la guerra en Ucrania.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aterriza en territorio aliado tras haber calificado previamente a su vecino canadiense como el “estado 51”. Su segundo mandato, iniciado en enero, ha estado marcado por medidas proteccionistas y arancelarias que tensionaron la relación bilateral. Sin embargo, la llegada de Mark Carney al gobierno de Ottawa ha rebajado las fricciones: el primer ministro canadiense y Trump se reunirán este lunes por la mañana para “afianzar la cooperación” tras meses de desencuentros.
Agenda y objetivos
Desescalada en Oriente Medio: Canadá promueve un llamamiento conjunto a la contención del conflicto Israel‑Irán, tras los bombardeos viceversa de finales de semana.
Apoyo a Ucrania: Buscarán coordinar un nuevo paquete de sanciones que obligue a Rusia a negociar un alto el fuego.
Cohesión económica: Reafirmar el compromiso con el libre comercio y discutir estrategias contra la migración irregular y el tráfico de personas.
Encuentros previos:
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se anticipó con reuniones bilaterales. Con el canciller alemán Friedrich Merz acordó una cumbre intergubernamental Italia‑Alemania en Roma para 2026 y estrechar líneas en la UE sobre migración y competitividad. Con el primer ministro británico Keir Starmer, ratificó la sincronía en la agenda del G7 y la próxima cumbre de la OTAN en La Haya, además de la cooperación contra las redes de trata.
Un escenario de alta seguridad:
El hotel Pomeroy Kananaskis Mountain, sede del encuentro, cuenta con múltiples filtros de acceso y un despliegue de seguridad sin precedentes. Los caminos de montaña lucen advertencias de cierre para el tráfico general, subrayando la naturaleza privilegiada y reservada del foro.
En medio de debates por aranceles, crisis humanitarias y carreras armamentistas, este G7 se presenta como una prueba de fuego para determinar si las siete economías más avanzadas pueden operar como bloque y responder con eficacia a las crisis simultáneas de nuestro tiempo.