El gobierno venezolano, a través de su canciller Yván Gil, calificó este jueves de “patética cortina de humo” la recompensa de 50 millones de dólares que Estados Unidos puso sobre la cabeza del presidente Nicolás Maduro, tras las acusaciones de vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado pronunciadas por la fiscal general estadounidense, Pamela Bondi. Según Gil, la oferta busca “complacer a la ultraderecha derrotada de Venezuela” y desviar la atención de los desafíos que enfrenta Washington.

En un comunicado difundido en sus redes sociales, Gil recordó las controversias en la trayectoria de Bondi y señaló que la recompensa no es más que “un circo mediático”, mientras el gobierno venezolano sostiene que desmonta conspiraciones contra su país. La administración de Maduro reivindica la inocencia del mandatario y denuncia una campaña de desprestigio que, a su juicio, acompaña las sanciones económicas impuestas a Venezuela desde hace años.

Por su parte, el presidente Maduro denunció una “conspiración fascista” financiada desde Estados Unidos para desestabilizar el país.

“Las tramas terroristas orquestadas desde el extranjero, combinadas con grupos delictivos internos, configuran una ecuación nefasta contra Venezuela”, afirmó durante la última reunión del Consejo Federal de Gobierno.

El Ejecutivo venezolano reafirmó su compromiso con la soberanía nacional y exhortó a la comunidad internacional a rechazar lo que considera injerencia estadounidense. Al mismo tiempo, anunció refuerzos en los mecanismos de seguridad interna para garantizar la estabilidad, al tiempo que advierte que persistirán intentos de desestabilización por parte de opositores internos y agentes externos.