La mañana de este jueves, el histórico “Habemus papam” resonó en la plaza de San Pedro tras la aparición de humo blanco en la chimenea de la Capilla Sixtina. Los 133 cardenales electores, reunidos desde el miércoles en cónclave, eligieron en la primera jornada completa de votaciones al cardenal Robert Francis Prevost, de 69 años, como sucesor de Francisco. Con ello, Prevost se convierte en el primer papa estadounidense de la historia de la Iglesia Católica Romana.

Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, la voz del maestro de ceremonias anunció al mundo que el nuevo papa adoptaría el nombre de León XIV. A continuación, León XIV pronunció su primer mensaje oficial y bendijo a las multitudes que celebraban en la Plaza de San Pedro, un momento que pasará a los anales como un hito del Vaticano.

Robert Prevost, además de su nacionalidad estadounidense, posee también la ciudadanía peruana, donde ejerció durante años como misionero y arzobispo emérito de Chiclayo. Su elección refleja la creciente diversidad global de la Iglesia y el reconocimiento de su trayectoria pastoral en América Latina y Norteamérica.

La noticia de León XIV ha despertado gran entusiasmo entre fieles y analistas del Vaticano, que subrayan la relevancia histórica de un pontífice nacido fuera de Europa. Al asumir el liderazgo de la Iglesia Católica, el nuevo papa enfrenta el desafío de guiar a millones de católicos en un mundo cada vez más globalizado, manteniendo la tradición centenaria del Vaticano y respondiendo a las demandas contemporáneas de la comunidad eclesial.