Desapariciones en México: Amnistía Internacional exige acción urgente ante fosas y crematorios clandestinos
Con 30 personas desaparecidas al día, AI critica militarización y demanda protección para colectivos de búsqueda liderados por mujeres.

México
14 de marzo de 2025
Manuel Jasso
Amnistía Internacional (AI) exigió al gobierno mexicano investigar con rigor el crematorio clandestino en Teuchitlán, Jalisco, y la fosa clandestina en Reynosa, Tamaulipas, donde podrían yacer más de 200 víctimas. La organización subrayó la urgencia de destinar recursos para identificar restos y garantizar un trato digno a familias afectadas. En un país donde desaparecen 30 personas diariamente, según AI, estos hallazgos exponen una crisis humanitaria agravada por la falta de respuestas institucionales. Edith Olivares Ferreto, directora de AI en México, recalcó que el Estado ha sido “el gran ausente”, obligando a colectivos, principalmente integrados por mujeres, a asumir la búsqueda de sus seres queridos.
La crítica de AI se amplía a la militarización de la seguridad pública, una estrategia que viola sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y que, lejos de reducir la violencia, ha perpetuado violaciones a derechos humanos. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, más de 122,000 casos se han reportado desde 1950 hasta marzo de 2025. Olivares Ferreto insistió en que el gobierno debe reconocer a los colectivos de búsqueda como defensores de derechos humanos y brindarles protección inmediata. “Su labor es vital y debe ser respaldada con garantías”, declaró.
Un informe de AI, ‘Buscar sin Miedo’, revela que entre 2019 y 2024 fueron asesinadas 16 personas buscadoras, 13 de ellas mujeres. Estos datos reflejan los riesgos extremos que enfrentan quienes desafían la impunidad en un contexto donde la desaparición forzada se normaliza. “El Estado no puede evadir su obligación de protegerlas”, enfatizó Olivares, al demandar políticas que prioricen su seguridad y acceso a justicia.
Ante la magnitud de la crisis, AI urge al gobierno a establecer diálogo con familias, asignar presupuestos específicos para investigaciones y abandonar estrategias fallidas como la militarización. Mientras México sigue sumido en una emergencia humanitaria, la esperanza de miles de familias descansa en la presión internacional y la resiliencia de los colectivos de búsqueda, quienes, pese al peligro, no dejan de clamar: “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.