El excampeón mundial de peso medio Julio César Chávez Jr., conocido como “El Hijo de la Leyenda”, fue arrestado este jueves en Studio City, Los Ángeles, tras un problema con su visado y a horas de haber disputado un combate en Anaheim contra Jake Paul. La detención, a cargo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE UU (ICE), deriva de una solicitud de residencia permanente basada en su matrimonio con Frida Muñoz Román, ciudadana estadounidense y viuda de Edgar Guzmán, uno de los hijos asesinados de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Raíces de una relación polémicaChávez Jr. conoció a Muñoz hace más de una década en Los Ángeles y la pareja se casó en 2018, fecha a partir de la cual profundizaron sus lazos con Los Chapitos, el grupo liderado por Ovidio Guzmán. Su hijastra, Frida Sofía Guzmán, creció entre ambos y actualmente busca abrirse espacio en el regional mexicano. Aunque Chávez insiste en que no participa en actividades ilegales, sus propias declaraciones en 2022 —“Ovidio es el tío de mi hija […] es una buena persona”— subrayan la cercanía que comparte con el Cartel de Sinaloa.

Del ring a la deportación

ICE notificó que, una vez concluido el trámite de detención, Chávez Jr. será deportado a México, donde enfrenta una orden de aprehensión por tráfico de armas y vínculos con el crimen organizado. El Departamento de Seguridad Nacional de EE UU señaló en su comunicado que su petición de residencia “se basa en su matrimonio con una ciudadana conectada previamente con el Cartel de Sinaloa”.

Investigación y repercusiones legales

La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México congeló hace un año las cuentas bancarias de Frida Muñoz y de su hija, derivado de una pesquisa sobre supuestos pagos ilícitos vinculados al cartel. Aunque Muñoz afirma estar desvinculada de esa familia desde 2018, las autoridades mantienen abiertas las investigaciones tanto de inmigración como de justicia criminal.

Impacto en su carrera y legado

A sus 39 años, el boxeador enfrenta el riesgo de ver interrumpida su trayectoria deportiva y sus carreras de promoción en Estados Unidos. Su caso reaviva el debate sobre la influencia de organizaciones criminales en figuras públicas y la complejidad de las relaciones familiares que trascienden fronteras y disciplinas.