Este Domingo de Resurrección, el Papa Francisco dejó un último llamamiento a renovar la esperanza y la confianza mutua “incluso con quienes son diferentes o vienen de tierras lejanas”, recordando que “todos somos hijos de Dios”. Ese mensaje de esperanza y unidad, leído desde el balcón de la Basílica de San Pedro por un clérigo asistente, fue la última aparición pública del pontífice antes de su inesperado fallecimiento, anunciado por el Vaticano menos de veinticuatro horas después.

En el comunicado oficial, el Cardenal Félix B. Farrell informó que “a las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio y al amor universal, especialmente hacia los más pobres y marginados”. Con profunda gratitud por su ejemplo de servicio, el cardenal encomendó el alma del Papa al “infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”.

Último servicio y mensaje de libertad

Durante su última misa de Pascua, Francisco se presentó en silla de ruedas, saludando a los más de 50 000 fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Bajo la frase “no puede haber paz sin libertad religiosa, de pensamiento y de expresión”, el Papa alzó la voz contra la lógica del miedo y llamó a los líderes políticos a “no aislarse, sino a desplegar recursos para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y promover el desarrollo”. Ante los conflictos mundiales, reafirmó que “la paz es posible” y despidió con un emocionado “¡Queridos hermanos y hermanas, felices Pascuas!”.

Al terminar, recorrió la plaza en el papamóvil, deteniéndose para bendecir a bebés que la multitud le ofrecía. Fue un último acto de cercanía y esperanza que muchos califican de ejemplo de su compromiso hasta el final.

Un funeral en clave de sencillez

Siguiendo su espíritu de humildad, Francisco dispuso que su funeral—programado para dentro de tres días—sea “simple y cercano al pueblo”. Renunció a la fastuosidad del catafalco y eligió un ataúd de madera con revestimiento de zinc, sin tapa ni ostentaciones. Además, será el primer pontífice en más de un siglo en ser sepultado fuera del Vaticano, en la Basílica de Santa María la Mayor, subrayando su mensaje de humildad y cercanía.

Miles de fieles ya se congregan en la Plaza de San Pedro para rezar y despedir al Papa argentino. El ambiente es de recogimiento, solo interrumpido por el repicar de campanas que anuncian su partida. Visitantes de India, Sudáfrica, Dinamarca y otras naciones comparten la conmoción y recuerdan el legado de inclusión y libertad que Francisco impulsó en la Iglesia.

Un legado de confianza y servicio

Desde su elección en marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio transformó la visión papal, promoviendo una Iglesia más inclusiva, cercana a los marginados y abierta a los diferentes. Su último mensaje encarna ese legado de esperanza, libertad y servicio, invitando a renovar la confianza en los demás y a construir juntos un mundo más justo.