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En el corazón de la Galaxia: revelaciones inéditas en la región de Sagitario

James Webb, MeerKAT y ALMA descifran los secretos del núcleo galáctico y la formación estelar en la Vía Láctea.

4 de abril de 2025

Manuel Jasso

En dirección a la constelación de Sagitario se halla el núcleo vibrante de la Vía Láctea, una zona repleta de estrellas, nubes de gas y polvo, escenario de la muerte y el renacer estelar. Este entorno exótico ha sido el foco de intensas investigaciones astronómicas para poner a prueba modelos de formación estelar, tarea en la que han coincidido instrumentos punteros como el telescopio espacial James Webb, el radiotelescopio MeerKAT y el observatorio ALMA.


Uno de los objetos más fascinantes de esta región es Sagitario A*, el agujero negro supermasivo que reside en el centro de nuestra galaxia y cuya masa equivale a unos cuatro millones de soles. Originalmente detectado como una fuente de radio sin contraparte en el visible, este enigmático objeto fue posteriormente fotografiado con extraordinario detalle por el Event Horizon Telescope, marcando un antes y un después en la comprensión de estos fenómenos.


Nueva vista del agujero negro supermasivo Sagitario A* en el núcleo de la Vía Láctea en luz polarizada, indicando la presencia de fuertes, entrelazadas y organizadas líneas de campo magnético. Créditos: EHT Collaboration.
Nueva vista del agujero negro supermasivo Sagitario A* en el núcleo de la Vía Láctea en luz polarizada, indicando la presencia de fuertes, entrelazadas y organizadas líneas de campo magnético. Créditos: EHT Collaboration.

A tan solo 300 años luz se encuentra el cúmulo Sagitario C, reconocido como el más brillante de su clase en la zona. Las observaciones de James Webb han puesto en evidencia estructuras filamentosas en regiones de hidrógeno en estado de plasma, cuyas configuraciones se atribuyen a la acción de campos magnéticos. Estos mismos campos, generados por el material afectado por las intensas fuerzas de marea cerca de Sagitario A*, se extienden hacia la nube Sagitario C y obligan al gas a mantenerse en filamentos, inhibiendo su compresión y reduciendo notablemente la tasa de formación estelar en comparación con regiones más alejadas del núcleo.


Vista de la región central de la Vía Láctea. En la parte central se encuentra el agujero negro supermasivo Sagitario A*. En la esquina superior dereacha se muestra una imagen de James Webb de una pequeña sección del panorama. Créditos: NASA, ESA, CSA, STScI, SARAO, Samuel Crowe (UVA), John Bally (CU), Ruben Fedriani (IAA-CSIC), Ian Heywood (Oxford).
Vista de la región central de la Vía Láctea. En la parte central se encuentra el agujero negro supermasivo Sagitario A*. En la esquina superior dereacha se muestra una imagen de James Webb de una pequeña sección del panorama. Créditos: NASA, ESA, CSA, STScI, SARAO, Samuel Crowe (UVA), John Bally (CU), Ruben Fedriani (IAA-CSIC), Ian Heywood (Oxford).

En una colaboración conjunta, ALMA ha permitido detectar la formación de dos estrellas extremadamente masivas, con más de veinte veces la masa del Sol, además de identificar cinco candidatos a protoestrellas de menor tamaño. Las observaciones también han revelado la presencia de frentes de choque entre los flujos estelares y el medio interestelar, fenómenos que aportan claves sobre la dinámica y evolución de las estructuras en el centro galáctico.


Fotografía en emisión de radio del centro de la Vía Láctea. Crédito: I. Heywood, SARAO.
Fotografía en emisión de radio del centro de la Vía Láctea. Crédito: I. Heywood, SARAO.

Estos hallazgos no solo enriquecen nuestro conocimiento del proceso de formación estelar en condiciones extremas, sino que también ilustran la compleja interacción entre los campos magnéticos, la materia y la energía en el corazón de la Vía Láctea. La unión de datos provenientes de James Webb, MeerKAT y ALMA abre una ventana única para entender cómo se gestan las estrellas y cómo influyen los fenómenos magnéticos en su evolución.

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