Cosmos 482: agencias espaciales vigilan su caída
La sonda soviética perdida de 1972 podría sobrevivir intacta a la atmósfera y “caer como una piedra” durante su reentrada prevista este sábado.

Rusia
7 de mayo de 2025
Manuel Jasso
Después de más de cinco décadas en órbita, la sonda Cosmos 482 —enviada a Venus en 1972 y nunca salida de la órbita terrestre— se aproxima a su reentrada descontrolada. Las principales agencias espaciales del mundo han activado protocolos de seguimiento para determinar el momento y lugar donde esta pieza de basura espacial de media tonelada podría impactar la Tierra.
A diferencia de otros satélites, la Cosmos 482 fue diseñada para resistir las presiones de la atmósfera de Venus, lo que aumenta la probabilidad de que partes de su módulo de aterrizaje sobrevivan a su caída. Los radares de la NASA, la ESA y otros miembros del Comité Internacional para la Coordinación de la Basura Espacial rastrean la trayectoria de esta cápsula ovalada de un metro de diámetro, aún a más de 200 km de altitud, en una órbita casi circular que la acerca y aleja de nuestro planeta cada hora y media.
La reentrada se calcula para la madrugada del sábado, aunque la fecha exacta puede variar hasta un día debido a incertidumbres como la actividad solar y la resistencia aerodinámica. Se estima que Cosmos 482 caerá entre los 52° N y 52° S, lo que descarta solamente la Antártida como zona de impacto. Sin embargo, la mayor parte de su trayectoria recorre océanos, por lo que es muy probable que nunca golpee tierra firme.
Tanto la NASA como la ESA coinciden en que, al descender, la cápsula frenará su velocidad de forma abrupta por el roce con la atmósfera, reduciendo su velocidad a unos 300 m/s antes de caer “como una piedra” sin registrar explosiones ni cráteres. Expertos señalan que, de impactar, más bien produciría un agujero localizado —en un techo o la base de un árbol— antes que un daño mayor.
Este fenómeno no es único: cada semana reentran a la Tierra satélites y etapas de cohetes de más de una tonelada, incluidos fragmentos de la constelación Starlink. No obstante, nunca se ha documentado ningún daño a personas; las probabilidades de que un fragmento alcance a alguien son mínimas.
La Cosmos 482 se unirá así al ciclo de la basura espacial, recordando la necesidad de reforzar el seguimiento de objetos en órbita y diseñar sistemas que garanticen reentradas seguras. Mientras tanto, las agencias espaciales mantendrán la vigilancia hasta confirmar el punto exacto de caída y asegurar la protección de la población.